martes, 23 de marzo de 2010

El mercado y la globalización

He leído recientemente El mercado y la globalización, de José Luis Sampedro, ese hombre por el que estudié esa cosa llamada Económicas (en mis tiempos, ahora ya no sé ni cómo se llama).

Sí, estudié Económicas por él, no porque hubiera leído nada escrito por Sampedro, sino porque tuve la suerte de, en el intituto (esa cosa llamada instituto que ahora tampoco sé cómo se llama), escucharle en una charla. Me sorprendió tanto su humanidad, su lucided, su pedagogía....Él decía, no se me olvidará, cosas como que las sociedades necesitaban más estudiantes de Humanidades, y menos de carreras técnicas....

Y resulta que, aunque muchos no lo sepan, José Luis Sampedro es Economista. Fue, si no me equivoco, profesor de Estructura Económica y buen teórico de esta materia: ahí sí lo leí, en la carrera, como estupendo teórico de Estructura.

Hoy sigo -lo confienso, no sin cierta vergüenza- sin haber leído su narrativa...Pero no he podido evitar comprarme el libro -en La Clandestina, como no podía ser de otra manera- al que me remito más arriba: de mi querido Sampedro, en su vertiente económica. Y, de nuevo, tengo que quitarme el sombrero ante su claridad de ideas. Sampedro describe de una manera limpia, sencilla, tremendamente didáctica, sensible, las "virtudes" de eso que conocemos como mercado, describiendo la teoría económica eroginaria que explicaó ese concepto y que aún hoy sigue, desafortunadamente vigente (para algunos), y de ahí, pasa a explicarnos qué es la globalización, ese proceso en el que estamos inmersos y que debemos reconducir para crear otro mundo. Porque como él bien nos recuerda, no sólo otro mundo es posible, sino que, y jugando con las palabras, otro mundo es seguro.

Es muy difícil explicar la sensación que me ha producido el libro, escrito en 2002 y del que ahora en 2010 se hace una reedición revisada y actualizada, así que me limitaré a transcribir una parte de la nota que, a modo de introducción, hace Sampedro:

"...Lo escribí con el ánimo de contribuir a explicar con sencillez la esencia y el funcionamiento de algo socialmente tan importante como el mercado. Quise también desmitificar la política entonces imperante en Occidente de dejar esa institución en la más absoluta libertad, fuera del control de la autoridad gubernamental. Quise advertir sobre los peligros de la desregulación absoluta de los mercados preconizada entonces por destacados economistas. Quise apuntar las posibles consecuencias del aprovechamiento de las nuevas tecnologías para la globalizar las operaciones financieras. Es decir, lo escribí con el propósito de señalar cómo la dirección de la economía se estaba desplazando del poder político al financiero y cómo «en ese espacio operativo unificado, al renunciar los gobiernos al control sobre transferencias financieras, quienes deciden son las grandes instituciones privadas, bancarias o fondos de pensiones o de inversión, además de especuladores con nombres y apellidos, dueños de sumas multimillonarias que utilizan contra cualquier bolsa o moneda donde encuentren beneficios».
Entonces a algunos les sonaron raras las afirmaciones de este viejo profesor —hubo quien, en su reseña, no dudó en echarme en cara la edad—, sin embargo, al releer estas líneas escritas tan sólo ocho años atrás, nombres como Madoff, Lehman Brothers, etc. acuden a la mente de cualquiera. Los entonces defensores de la desregulación financiera hoy señalan sin rubor sus errores afirmando que nadie podía prever la crisis. En cambio, los que no sólo la previmos sino que advertimos de ella con nuestros escritos y protestas, fuimos considerados agoreros y catastrofistas ignorantes en el mejor de los casos, cuando no radicales antisistema, dicho en el sentido más peyorativo de ambos términos.
Celebro pues la idea de Ediciones Destino de reeditar mis reflexiones ocho años después, cuando la crisis financiera ya ha demostrado dramáticamente el resultado de la desregulación y la falsa libertad del mercado. Ello me permite reafirmar mi libertad de pensamiento y expresión. También ¿por qué no confesarlo? me concedo la pequeña vanidad al albergar la esperanza de que hoy, a la luz de lo sucedido, el lector reflexione sobre este texto comparando el pronóstico con el curso de los acontecimientos. Pero no me enorgullezco: lamentablemente la crisis la sufren y pagan quienes no la causaron, por lo que no puedo alegrarme de haber acertado. Tampoco soy optimista a corto plazo, pues confiar la salida de la crisis a quienes la provocaron con su codicia no induce a ello. Menos aún cuando vemos que en algunos casos han tardado poco en volver a las andadas. Aunque, tal vez, precisamente por ello sea aún más necesario que hace siete años estar informado y tomar conciencia de lo que sucede. ¡Ojalá esta modesta contribución resulte útil a alguien!"

José Luis, gracias, gracias por tantas cosas.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Escuela Pública y Estado aconfesional

Leo en El País que nuestra maravillosa Espe ha reducido el presupuesto para colegios públicos un 3%, y ha aumentado un 6,6% el presupuesto para colegios concertados (el presupuesto de la Comunidad de Madrid para 2010 se ha reducido un 1,1%). Estos colegios, los concertados, se caracterizan por ser, la mayoría, de carácter religioso. Gracias a dios que estamos en un Estado aconfesional.

Madrid es la Comunidad Autónoma que más colegios concertados tiene, de toda España (para Educación Primaria): esto ocurre porque nuestra querida Espe lleva años discriminando a la escuela pública, y fomentando la creación de guetos para que nosotros, los españolitos que no queremos que nuestros niños tengan una educación de "bajo nivel", no tengamos otra opción que acudir a la concertada. Además, en el caso de aquellos padres y madres españoles que optan valientemente por la pública, no las tienen todas consigo: el colegio público tiene que adjudicarte la plaza, y esto, en ocasiones, es complicado ya que en Madrid, sobretodo en la ciudad, carecemos de suficientes colegios públicos, de forma que es habitual que estos no acepten a nuestros niños. Supongo que la excusa de no hacer más escuelas públicas, para la Espe, sea que la gente "prefiere la escuela concertada". Y a los hechos se remitirá, claro. Como siempre, le dará la vuelta a la tortilla.

Con la educación no se juega, aunque la Espe sí lo haga. Porque ella lo vale. Y nosotros, los madrileños, no hacemos más que confirmar esto último cada vez que tenemos que votar.

Menuda mierda.

martes, 6 de octubre de 2009

Crónica de un nuevo acto político

La habitación de altos techos adornados de frescos inimaginables se vio sorprendida por multitud de hormonas maternales que se posaron, a mogollón y sin piedad, sobre cada un@ de los que estábamos allí presentes. Seguramente ésa es la excusa, porque estoy segura de que hubiéramos sentido lo mismo que todos sentimos desde el momento en que ellas hicieron acto de presencia con su canción de fondo (que yo, personalmente, ni escuché de la emoción).

Estaban exultantes (a la par que lacrimosas), felices, orgullosas, rodeadas de un cariño del que pocas veces he tenido la suerte de ser testigo, a pesar de que no superábamos la veintena.

La escena me recordó a aquella película en la que la comida que había preparado una "generosa" protagonista iba produciendo en los comensales un profundo deseo sexual hacia el/la que tenían al lado. En la película, la explosión, compartida, fue sexual. En el caso que nos ocupa, júbilo-lacrimógena.

En las bodas civiles las ceremonias son muy cortas: el/la juez/a de turno poco más que lee la ley en la que se detallan los derechos y deberes de l@s cónyuges. Pero en ésta, hubo ya un detalle importante: la jueza (concejal de IU para más señas), leyó algo que ella misma había escrito, para agradable sorpresa de tod@s l@s allí presentes. Y luego, fueron pasando por el micro familia y amig@s que querían transmitir su cariño a la pareja.

Y ahí fue cuando comenzó la explosión emocional (con unos prolegómenos no menos explosivos): la representación española de la pareja logró leer el escrito que habían preparado, no sin esfuerzo por contener las lágrimas (la otra, a su lado, no ayudaba nada en ese sentido, pero es lo que tienen las bodas de penalti por partida doble, que una de las jugadoras no es una, sino multitud). La representación brasilera, la multitud, apenas pudo hablar, pero sin embargo, logró transmitirnos su alegría y su gran emoción, de diferente manera, pero con igual intensidad que hizo su chica momentos antes.

Y después, la madre de parte española, y segunda madre de la parte brasilera: estupenda, emotiva, sensata, maravillosa. La pequeña de la familia, como siempre, logró sorprendernos con sus ganas de transmitir su espontáneo orgullo de tener dos tías estupendas. Tuvimos delegación Brasilera y todo (con un personaje relevante en el mundo actoril brasilero: sólo una representante pero de peso, oyes), porque esta boda ha sido un ejercicio de ciudadanía en toda regla: hay que recordar que tuvo lugar un día después de que Río de Janeiro se llevara la celebración de las Olimpiadas de 2016 derrotando a Madrid en la final. Y ellas, brasilera de Río una, y española de Madrid otra, ganadora y perdedora, todas chulas, se casaban el día después (esto podría haber sido motivo de desplante por parte de la novia madrileña, pero el amor es lo que tiene). Finalmente hubo representación hispano-germana (potencialmente hispano-dubaiyense?), que fue más hispana que otra cosa, por lo emotivo.

Y bueno, luego mil besos, mil abrazos, mil lágrimas más y el resumen de la jornada, en un cuadro bordado estupendo, el mejor regalo de todos.

Efectivamente, éste sigue siendo un acto político. Y a mí, me encanta ese ente tan visceral que es la política.

Chicas, sois lo mejor. Os queremos.

viernes, 17 de julio de 2009

Círculos

Siguen sin gustarme los cumpleaños (bueno, los míos). Lo cierto es que no sé si cada vez me gustan menos o me dan más igual. Aún no lo he averiguado.

Sigo sin soportar a un porcentaje de la Humanidad. Creo que ese porcentaje va aumentando cada vez más. Pensaba que la edad me haría más indulgente y comprensiva. Me preocupa que no haya sido así.

Sigo sintiendo, a veces, ese vacío dentro de mí que me separa, bruscamente y sin avisar, de todo, incluso de mí. Nunca he sabido cómo deshacerme de él. Aunque los años me enseñan que se va solo, igual que viene.

Quizás por eso te miro y siento que no sé quién eres. Pero no me preocupa, al menos demasiado, porque me ocurre lo mismo conmigo.

jueves, 4 de junio de 2009

Castigo

Lugar: autovía, cerca de Madrid
Protagonistas: dos chicas en su viejo coche
Descripción: el coche en el que van las dos chicas se acerca, desde el carril derecho, al coche que se encuentra delante. Este coche, un utilitario nuevo, tiene una placa L en la parte posterior, y es conducido por un chico joven. El coche de la placa L debe ir a unos 100 km/h dado que las chicas van a 120 km/h.
Las chicas comienzan la maniobra de adelantamiento.
El coche de la placa L acelera, y cuando las chicas tratan de rebasarle, comienza a desplazarse hacia la izquierda, hacia el coche de las chicas. La chica que conduce frena y le pita, para avisarle de que están ahí. El chico de la placa L mira, sonriente y como burlón, a las chicas, como indicando que sólo quería darles un sustito. Jocoso que es el chico.
Las chicas le rebasan y siguen adelantando a otros coches.
El coche de la placa L se pega a la parte posterior del coche de las chicas, en el carril de adelantamiento, y se mantiene a la misma velocidad que ellas: 40 kilómetros por encima de lo que la ley le permite.
La chica que se encuentra en el asiento del copiloto, ni corta ni perezosa coge el móvil (sin cámara), se gira hacia atrás y simula hacer una foto al coche que les acosa (tiene cierta práctica, dado que no es la primera vez que tiene una experiencia similar).
Mano de santo. En cuestión de milésimas de segundo, el chico de la placa L frena precipitadamente y se esconde tras otro coche, en una maniobra brusca de incorporación al carril de la derecha.

Otro imbécil más jugándose su vida y la nuestra en la carretera. No tengo tan claro que la mayoría de accidentes sean eso, accidentes.
Pero lo que me parece más alucinante: lo osados que somos hasta que aparece el fantasma del castigo. Qué pasa, ¿que sólo reaccionamos al castigo?

Vaya mierda de Humanidad.

lunes, 25 de mayo de 2009

Otro más

Y ya pasó otro. Como siempre, todo llega antes de lo esperado. Bien lo sabes amor.
Lo cierto es que han pasado cosas desde el año pasado por estas fechas. Lo más importante de todo, el reconocimiento por fin a tu esfuerzo. Y la confirmación de que no nos íbamos a Cuenca. Mira que tenía yo ganas...
Y un contrato más en esta vida en la que cuantos más contratos tengas, más parece que vales. Pero éste, a diferencia de otros muchos, no me ata, más bien me ha regalado la claridad que da la ansiada libertad de elección. Es extraño, ¿no crees?.
Me gusta mucho disfrutar de ese cielo azul, nublado por las ramas de los pinos, contigo cerca. Y que sonrías mientras me miras. Y que me mires mientras sonríes.
Pero sobretodo, lo que más me gusta es que cumplas otro año más conmigo.

lunes, 18 de mayo de 2009

Benedetti

Murió Benedetti.
Como mi amiga Virginia, uruguaya nata, me acaba de decir vía sms: uno de los grandes. ¿Qué tendrá Uruguay que tiene a tant@ maestr@? Espero poder averiguar algo dentro de un mes...
Yo lo conocí con La tregua, hace 12 ó 13 años. Luego poco más: algunos de sus cuentos en Buzón de tiempo, algo de poesía de aquí de allá...Y el último libro; el maravilloso Vivir adrede con un Benedetti tan lúcido que no pude, mientras lo leía, dejar de sonreir (y me duró la sonrisa...).
Recomiendo el artículo de Juan Cruz de hoy:
Gracias Mario...